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Desde sus inicios en los años ochenta, el mercado de los alimentos funcionales ha ido en continuo
crecimiento, ya que se asocian con la prevención e incluso como tratamiento de enfermedades como la
diabetes, distintos tipos de cáncer, eventos cardiovasculares, sobrepeso, obesidad, hipertensión arterial,
dislipidemias, entre otras. Las declaraciones nutricionales y de salud juegan un papel importantísimo, ya que
funcionan como herramientas clave en el etiquetado, dando a conocer el producto con frases breves que
aluden a la salud y bienestar.
El objetivo de este estudio fue identificar los conocimientos, actitudes y prácticas de los consumidores de
alimentos empacados con declaraciones nutricionales y de salud, ya que, si bien las empresas productoras las
utilizan como medio de comunicación de mensajes “saludables”, se debe conocer qué está comprendiendo el
consumidor acerca del tema, qué dudas quedan, cómo afecta el posicionamiento de las declaraciones en sus
actitudes hacia el alimento y sus decisiones de compra.
Para ello se entrevistó a 239 personas que se encontraban en el supermercado en el momento de la
recolección de datos. El cuestionario utilizado determinó datos generales y se dividió en tres secciones
importantes que pretendían cubrir las dimensiones del estudio: conocimientos, actitudes y prácticas. En la
parte de conocimientos se elaboraron preguntas tipo examen, acerca de once palabras que generalmente se
encuentran en las declaraciones nutricionales o de salud, de lo que se descubrió que los términos más
novedosos como probióticos, prebióticos y grasas trans son los que menos reconoció la población. A pesar de
la falta de comprensión de muchos términos, en la sección de actitudes y prácticas, se encontró que la mayoría
de personas leen parcialmente la parte frontal del etiquetado y que la gran mayoría creen que las declaraciones
nutricionales y de salud son útiles, hacen que el producto llame más la atención porque “es más saludable” y
por lo mismo sienten un mayor deseo de adquirirlo y lo hacen con frecuencia, en especial en los productos
como lácteos, cereales de desayuno, aceites, mantequillas y margarinas.
Dando a las preguntas del cuestionario puntaje, se encontró por medio del análisis estadístico que las
personas de edad media (46-64 años), los que habían ido a la universidad, las mujeres y en especial las
personas que alguna vez habían consultado una nutricionista, obtuvieron el mejor puntaje, indicando mejores
conocimientos y actitudes y prácticas más deseadas en torno a las declaraciones nutricionales y de salud.
Se espera que este estudio pueda ser de ayuda tanto a nutricionistas, como a otros profesionales de salud y
empresas de alimentos y que en conjunto se pueda trabajar para promover la educación alimentaria y
nutricional en torno al etiquetado de los alimentos y sus distintas características y componentes, defendiendo
el bienestar del consumidor como prioridad de nuestras labores. |
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