Este estudio de caso que se realizó en el colegio evangélico de educación básica Alfa y Omega, del municipio de Santiago Atitlán, del departamento Sololá, evidencia que el docente de matemática de primero básico, aún sigue las prácticas pedagógicas tradicionales en el desarrollo del proceso de aprendizaje, su único recurso para mediar el aprendizaje es la pizarra y el marcador, sus clases siguen siendo magistrales que consiste en la explicación de los contenidos declarativos; por lo tanto, este proceso es la transmisión y la repetición de los conocimientos, donde el docente es el ente principal del proceso y el estudiante un receptor pasivo. Según el acuerdo ministerial No. 178-2009, autorización del Curriculum nacional base del nivel medio ciclo básico, en su artículo 11 indica que “el proceso de enseñanza aprendizaje debe centrarse en las y los estudiantes, quienes deben ser activos, participativos…”, de esta cuenta, se sugiere al docente de matemática de primero básico una nueva modalidad de abordar el proceso de aprendizaje del área de la matemática, donde el mismo estudiante es el responsable de la construcción de su propio conocimiento, aprovechando sus saberes previos y fomentando en él, la necesidad de aprender a aprender a través de un módulo de formación que le permite procesar constantemente información para construir y reconstruir su conocimiento. Esta nueva modalidad se refiere a un modelo semi-presencial, donde la mayor parte del proceso aprendizaje lo estará realizando el estudiante fuera del establecimiento y que en horarios de clases recibirá tutoría de parte del docente.