Abstract:
INTRODUCCIÓN.
El camino hacia la equidad de género en la educación ha tenido sus
éxitos, pero la travesía que aún falta por recorrer, presenta muchas
curvas y obstáculos que salvar en una pronunciada pendiente. Este
trabajo de graduación en su modalidad de ensayo, presenta una
reflexión acerca de un problema cotidiano que los docentes enfrentan en
su aula y que es el de los estereotipos de género. No hay duda que los
estereotipos son tan sólo un eslabón que se encadena a otros problemas
más complejos como lo son las preferencias, los prejuicios e incluso, el
acoso. Son ellos una muestra concreta y muchas veces la causa
inconsciente de la inequidad de género dentro del aula.
La evolución que los enfoques de desarrollo, entre ellos el enfoque
de género, ha tenido se fundamenta en la vigencia de los derechos
humanos reconocidos internacionalmente. En América Latina, la CEPAL
(Comisión Económica para América Latina y el Caribe), es categórica al
definir que el acceso a la calidad educativa es un derecho que toda
sociedad debe asegurar a cada uno de sus miembros. Miguel Ángel
Santos Guerra, en su estudio titulado La escuela que aprende:
Perspectiva de género en la organización escolar, menciona el trabajo de
Paula Nicolson con la siguiente cita tomada de su obra Poder, género y
organizaciones. En ella, Nicolson delata la ausencia sutil de equidad de
género en las sociedades modernas, situación muy similar a la que se
vivía en los siglos XVIII y XIX: «Tanto las relaciones de género como la dinámica organizativa
están íntimamente asociadas al logro y al sostenimiento del
poder. La capacidad de inf luir y controlar los recursos humanos y
mater iales se da en un contexto social en el que la relación entre
el poder y la subordinación son inseparables. Esta alianza se
produce en las organizaciones profesionales y en las relaciones
de los sexos, en la sociedad, en la escuela y en la famil ia. Casi
siempre, en estos contextos, la mujer está de algún modo
subordinada.» (Nicolson en Santos Guer ra: 2000)
Por tal motivo, cada vez es más común que se escuche de
organizaciones y estudios que promueven la equidad de género en todos
los ámbitos para devolver a la mujer, la dignidad y la igualdad de
oportunidades de las que siempre ha estado privada. Así lo expresa
también Gloria Bonder en la Revista Iberoamericana de Educación:
«Los organismos regionales como la CEPAL y muchos gobiernos, comienzan a
reconsiderar cuál es el papel que debe cumplir la educación para asegurar un
desarrollo productivo con equidad y, en consecuencia, cómo asegurar a todos
los sectores sociales el acceso a un estándar mínimo de calidad educativa. Los
contenidos de la educación, las metodologías de enseñanza y evaluación,
están siendo objeto de un análisis profundo. Los nuevos problemas de las
sociedades contemporáneas como la degradación ambiental, el sida, la
violencia urbana y doméstica, la droga, la marginación de nuevos sectores
sociales, la transformación del escenario político mundial y la necesidad de
formación de una nueva ciudadanía, figuran en las agendas actuales de
políticos y planificadores de la educación.» (Bonder: 1994).
Esta profunda y esperada renovación ofrece un marco de posibilidades
inéditas para integrar a las discusiones y acciones futuras la igualdad de
oportunidades para la mujer en y desde la educación, en tanto esta
problemática constituye, sin lugar a dudas, uno de los ejes principales de todo
proceso de modernización y democratización de nuestras sociedades. Por otra
parte, y complementariamente, la realidad demuestra que el movimiento de
mujeres en América Latina ha alcanzado un nivel de madurez e incidencia en
los ámbitos institucionales, culturales y políticos que lo colocan como un
interlocutor insustituible de cualquier proceso de transformación de nuestras
sociedades y, por ende, de nuestra educación.» (Bonder: 1994)
Sobre todo, en la última década la expresión “equidad de
género” ha adquirido auge a nivel mundial y Guatemala ha compartido
este creciente interés, sobre todo, después de la firma de los Acuerdos
de Paz y gracias a la lucha de agrupaciones de mujeres y otros sectores
de la sociedad, en relación a temas como la tolerancia y los derechos
humanos. Los Acuerdos de Paz han fomentado el autoanálisis de
conductas que se han dado hacia la inequidad de género en nuestra
sociedad y ello ha permitido ejercer una influencia positiva en diferentes
ámbitos que la integran siendo la Escuela, uno de los más susceptibles.
Cuando un docente reacciona diferente ante una queja de un alumno
que ante la de una alumna; cuando sus explicaciones son de diferente
calidad o profundidad al dirigirse a unos o a otras; cuando pretende
orientar los intereses de unos opacando los de las otras o viceversa;
cuando demuestra preferencias o molestias por los alumnos de su mismo
género o del género opuesto; cuando ignora o desatiende las
necesidades particulares de unos u otras; cuando humilla a unos o a
otras; cuando hiere a unos o a otras al usar un lenguaje inapropiado;
cuando se aprovecha de la vulnerabilidad de uno u otro género, está
negándoles a sus alumnos y alumnas la oportunidad de crecer y de
aprender en un ambiente que propicie y favorezca el desarrollo máximo
de sus capacidades intelectuales, que fomente la libertad de expresión,
la autoestima, la equidad en todo sentido y el orgullo de pertenecer a
uno u otro género.
El docente que trata de forma diferente a sus alumnos y a sus
alumnas por el género al que pertenecen, está limitándoles la
oportunidad de una inserción futura, normal y productiva, dentro de la
sociedad en la cual se desarrollen en el futuro como adultos, sin
percatarse del efecto multiplicador que ellos y ellas llegarán a constituir
al reproducir los mismos patrones arcaicos, una y otra vez, en las
generaciones venideras entre las cuales indudablemente, habrá futuros
maestros.
El propósito principal de este estudio es enfocarse en el valor
pedagógico y humano que tiene la aplicación del enfoque de género
dentro del aula, tanto en el desarrollo emocional y físico como en el
crecimiento intelectual de las niñas, niños y adolescentes de ambos
géneros. RR