Abstract:
Este trabajo define el “burnout”, como un síndrome clínico y un proceso que deteriora la atención
y calidad de servicios en profesiones de atención. El agotamiento emocional, despersonalización y
sensación de escasa realización, constituyen las tres dimensiones del síndrome. Este se desarrolla
silenciosamente en la persona, quien al darse cuenta de que algo no está bien en ella, se pregunta ¿Qué me
pasa? ¿No sé qué me pasa? Sabe que algo no está bien en ella, y lucha por superarlo sin lograrlo. Este mal
afecta áreas muy sensibles en la persona, y la lleva a querer manejar niveles de estrés altos sin lograrlo,
provocándose ansiedad, desesperación y frustración. Estos factores se incrementan pudiendo la persona
llegar a tener afecciones cardiacas, ECV; que pueden imposibilitarla o causarle la muerte.
Las mujeres con personalidad tipo “A” son más proclives a padecer burnout , dado el alto grado
de autoexigencia, sobreimplicación, competitividad y logros que se plantean en su profesión. Los objetivos
que motivaron la realización de este trabajo, han sido lograr no sólo la prevención, sino también mejorar la
calidad de vida de las docentes y universitarias de la Universidad del Valle de Guatemala, a través del
desarrollo de talleres enfocados en prevención, manejo y control del síndrome. Para lograrlo se utilizó la
metodología cuasi experimental con análisis individual, realizándose una pre-post evaluación, que
permitieron identificar en un 87 % de las docentes, afecciones que van de leve a moderado en lo que
respecta al padecimiento del “burnout”, observándose una mejoría sustancial en el post. Probablemente los
niveles del síndrome que se encontraron en las participantes, esté relacionado con el tipo de personalidad,
ya que la Universidad del Valle de Guatemala, exige de sus docentes o estudiantes, un perfil que se enfoca
más al tipo A., ya sea para trabajar o estudiar en la institución. Se concluye que los programas de
prevención del burnout, benefician tanto a las participantes, como a las instituciones y a la sociedad
guatemalteca, porque disminuyen el gasto en salud e incrementar el nivel de calidad en el desempeño de su
carrera dentro y fuera de la institución.