Abstract:
Ei propósito de este trabajo es determinar, en El coronel no
tiene quien le escriba, las causas familiares y políticas que rodean el
testimonio del autor acerca de la violencia en Colombia.
En El coronel no tiene quien le escriba, el autor testimonia los
hechos de violencia que le han sido transmitidos por su abuelo
materno Nicolás Ricardo Márquez Mejía, quien conoció la historia de
las guerras civiles acaecidas en Colombia entre los años de 1813 y
1899, vivió la guerra civil de los Mil Días (1899-1901) y la firma del
tratado Paz de Neerlandia (1902). La novela narra la historia de un
coronel solitario de 75 años de edad, que participa en la guerra civil
de los Mil Días. El protagonista, acosado por la adversidad de la
vida y la política, espera que el Ministerio de Guerra le remita el
dinero de la pensión prometida, a la que legalmente se ha hecho
acreedor.
Los personajes actúan insertos en un ambiente controversial y
partidario, especialmente el coronel. En este contexto, el
simbolismo captura confines representativos y el sentir de una
conciencia política colectiva que abriga la esperanza de tener un
líder que represente sus intereses y sus necesidades dentro de una
corriente democrática.
En cuanto al uso del lenguaje, se busca establecer un vínculo
entre El coronel no tiene quien le escriba y La metamorfosis de
Kafka; Luz de agosto de Faulkner; El viejo y el mar de Hemingway,
y La peste de Camus. Finalmente, se muestra la conexión interna que guarda El coronel no tiene quien le escriba con Los funerales de
la Mamá Grande y La mala hora, obras que, de alguna manera,
enraízan en la "realidad de Colombia" y se vinculan por medio de
otros criterios.