Elementos clasicistas en la arquitectura de la ciudad de Quetzaltenango.

Abstract

INTRODUCCIÓN. En mi adolescencia viví algunos años en Quetzaltenango; su Plaza Mayor, con sus monumentales edificios, quedó grabada en mi memoria. Luego, al trasladarnos a la capital, visitábamos frecuentemente aquella ciudad, cuya lenta destrucción he podido ver. Es una de las pocas ciudades que conserva una unidad de estilo en casi todos los edificios que rodean la plaza y que tiene ejemplos de arquitectura clasicista en el país. Hay muchos quetzaltecos conscientes del valor arquitectónico del conjunto urbano que poseen y se empeñan en conservarlo. Han intentado crear, en su afán de protegerlo, algún tipo de legislación para que no se siga destruyendo esa ciudad excepcional. Esta consciencia logró evitar la demolición de la Casa de la Cultura, sin embargo, la falta de una legislación de protección permitió la demolición de una parte del edificio que ocupa la Escuela y el Museo de Artes, y del Almacén La Guatemalteca, localizado al lado oeste de la plaza, propiedad de una sociedad alemana, confiscado durante la Segunda Guerra Mundial y posteriormente demolido para dar lugar al Banco de Guatemala. Esta investigación pretende: a. Valorizar la arquitectura guatemalteca de fines del siglo XIX que se ha visto relegada a un segundo plano, pues los historiadores han dado más importancia al estudio de la arquitectura del período colonial. b. Recopilar información sobre los edificios más importantes de Quetzaltenango tales como La Penitenciaría, hoy Casa de la Cultura y el Palacio Municipal y con ello contribuir al estudio de la Historia de la Arquitectura en Quetzaltenango. c. Fichar una parte del fondo documental relacionado con estos edificios, conservado en el archivo de la Casa de la Cultura de Quetzaltenango. d. Ayudar a proteger y conservar estos monumentos y con ellos, la identidad única de la Plaza Mayor de Quetzaltenango. e. Interesar a la población para que conozca su patrimonio y participe en su conservación. f. Motivar para que en un futuro cercano se diseñen políticas, estrategias y acciones que promulguen leyes para conservar el patrimonio arquitectónico de Quetzaltenango. Para alcanzar estos objetivos, se consultaron: el archivo de la Casa de la Cultura de Quetzaltenango, el Archivo General de Centroamérica (AGCA) y el archivo del Departamento de Registro del Instituto de Antropología e Historia. Se realizaron entrevistas a personas conocedoras de la historia de la ciudad de Quetzaltenango y fueron consultados libros clásicos de la historia de Guatemala, de España, historias del arte y tratados de arquitectura. Hubo múltiples tropiezos, pues en el archivo de la Casa de la Cultura de Quetzaltenango la documentación no está clasificada en su totalidad. Algunos legajos sólo se encuentran clasificados por años, sin ningún orden, únicamente amarrados en paquetes, lo que hace lenta la investigación y en los libros de actas de la Municipalidad, no se registran todos los hechos importantes. El señor Francisco Cajas, y el señor Alexis Cifuentes, han ido clasificando los escritos con mucha dedicación y amor a su trabajo. Ellos son personas a las que deseo agradecer su colaboración desinteresada. En el plan original de la investigación había contemplado establecer la relación económica entre el auge cafetalero de la región y el desarrollo urbanístico de Quetzaltenango, pero a través de la investigación pude comprobar que los primeros edificios construidos con características clasicistas no corresponden a la época del auge cafetalero, como tampoco fueron construidos por personas que se dedicaran a tal cultivo, como es el caso de la familia Sánchez (comerciantes) que era propietaria del terreno donde se construyó la Penitenciaría e iniciadora su construcción, lo que invalida esa teoría por lo menos hasta 1885. Entonces, se trató de establecer la capacidad de la ciudad de Quetzaltenango y de sus vecinos, para financiar por sí solos la construcción de los edificios públicos. Obviamente, la actividad comercial de los habitantes no le generaba a la Municipalidad suficientes impuestos, y se tuvo siempre que recurrir al gobierno central para continuar las construcciones que se prorrogaron durante muchos arios. Fuera del tema económico, encontré que la ciudad de Quetzaltenango sufrió por el efecto de numerosos terremotos que destruyeron casi todos los edificios del pasado colonial, y que, mientras tuvo auge económico, primero con el comercio y después con el café, construyó los edificios de piedra de corte clasicista que le dan las características tan especiales que tiene. También se hizo evidente que cuando la ciudad perdió importancia como centro comercial por la construcción del ferrocarril que aumentó la centralización de la capital, y la subsiguiente emigración de muchos de sus ciudadanos, ya no tuvo recursos para nuevas construcciones, ni el interés de mantener y reparar los edificios después del terremoto de 1902. Después de ese año, la actividad constructora de corte clasicista se redujo a mausoleos. Al no poder ligar los edificios de Quetzaltenango al auge cafetalero, consideré de mayor importancia el estudio de los monumentos en sí, ya que es probable que en un futuro no lejano estos desaparezcan, como ha sucedido con otros. La investigación se redujo al centro histórico de la ciudad, enumerando y analizando los edificios situados en un radio de más o menos 4 manzanas en torno a la plaza central, y que fueron construidos entre 1871 y 1910, y hasta 1920 en el caso de los mausoleos. Antes de entrar a la descripción de los edificios y monumentos, se hace una corta historia de la ciudad de Quetzaltenango para dar un marco histórico a su desarrollo y a la mentalidad de los quetzaltecos, que los llevó a querer mejorar el aspecto de su ciudad. RR