Abstract:
Este trabajo de graduación consistió en realizar el diseño de una planta de tratamiento de aguas residuales de una industria alimenticia, las cuales consistían básicamente en agua de cocimiento de maíz y de limpieza de freidoras, para obtener un efluente que cumpla con los requerimientos del “Reglamento de las descargas y reuso de aguas residuales y de la disposición de lodos” acuerdo gubernativo número 232-2006, hasta el último período en que se encuentra definido, el cual es el año 2024. La planta se diseñó para un caudal de agua residual de 3.04 m³/h.
Se determinó que los procesos necesarios para la reducción requerida de los contaminantes del agua son dos trampas de grasas, seguido de tratamiento químico de coagulación y floculación, para luego dar lugar a la sedimentación, y finalmente implementar tratamiento biológico de lodos activados. Sin embargo, se consideró que era necesaria la ecualización del flujo anteriormente a todos estos procesos para evitar flujos pico que pudieran afectar la correcta operación de cada una de las unidades.
En cada parte del proceso se determinó el equipo necesario, con lo cual se pudo saber que la
inversión total para poner en operación la planta es de Q1,682,272.83. Dado que este tipo de proyectos no presenta ingresos por venta de productos, el análisis económico que se realizó consistió en determinar la cantidad monetaria en que la empresa debe aumentar sus ingresos anualmente durante diez años, para poder recuperar la inversión. Se determinó que este valor equivale a Q840,759.56.
Todos los resultados de diseño de la planta se muestran en tablas y en planos realizados con
software de dibujo, los cuales fueron realizados con el mayor detalle posible para que la empresa pueda utilizarlos sin dar lugar a confusiones o ambigüedades en el momento en que decida construir la planta.
Al construir el sistema de tratamiento de aguas residuales y cumplir con los requerimientos de la legislación nacional para la descarga de aguas, la empresa se verá beneficiada en poder crear una imagen de marca amigable con el ambiente, poder abrir oportunidades de comercialización con clientes que exijan que sus proveedores contaminen al mínimo en sus proceso de producción, y evitar elevados gastos por multas o la clausura de la planta.