Abstract:
Anualmente, los países se ven afectados por desastres naturales o bien,
conflictos sociales que amenazan a las poblaciones. Estos adquieren magnitudes
considerables cuando las regiones son más vulnerables, tal es el caso de los países
en vías de desarrollo como Guatemala, en los cuales no se cuenta con la
infraestructura, capacidades técnicas y humanas para hacer frente a este tipo de
situaciones. Lo anterior, resalta la importancia que reviste la educación en
emergencias por considerarse el cuarto pilar de la reconstrucción, junto con la
alimentación, salud y vivienda, de sociedades afectadas por crisis.
Dichas situaciones requieren muchas veces para ser solventadas de la
intervención de la comunidad nacional e internacional, así como de estrategias que
consideren el contexto y la pertinencia cultural en los lugares en que serán
implementadas. Pues se trata de que las poblaciones afectadas se empoderen y se
conviertan en sujetos de su propio proceso de reconstrucción. Misma que no se
limita únicamente al aspecto físico o infraestructura, sino que implica la
rehabilitación del tejido social.
Por la premura del tiempo con la que se cuenta, pues se trata de salvar
vidas, así como de las condiciones en las cuales se trabaja, muchas veces no se
tiene la información necesaria o bien, ésta es muy poca. Por lo que la
consideración de los aspectos de monitoreo y evaluación dentro de la planificación
e implementación de la estrategia permite generar y recabar información y datos
importantes para la toma de decisiones, tanto para la comunidad afectada como
para quienes están proporcionando la ayuda humanitaria. RR