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España, lo mismo que hizo con el resto de los países hispanoamericanos que se independizaron hacia la misma época, se negó a reconocer la emancipación del Reino de Guatemala en 1821 y su surgimiento como país independiente. Hubieron de pasar algunos años para que España estuviera dispuesta a entablar negociaciones tendientes a reconocer su independencia y establecer relaciones diplomáticas. Para entonces la Federación Centroamericana había dejado de funcionar como tal y comenzaban a fungir como estados independientes los cinco países del área.
Guatemala y España iniciaron negociaciones para la firma de un tratado de reconocimiento y la consiguiente apertura de relaciones diplomáticas en la década de 1840; sin embargo, estas se prolongaron por 22 años, antes de llegar a los resultados deseados. El motivo principal de desacuerdo, por el cual se retrasó tantos años la conclusión del tratado, se debió a que Guatemala se negó a aceptar que los españoles que continuaron residiendo en ese país tras la independencia pudieran recobrar su nacionalidad española.
Las autoridades guatemaltecas insistieron una y otra vez, a lo largo de las conversaciones, que su país no podía aceptar el derecho de libre opción reconocido y puesto en práctica internacionalmente, como lo hicieran en su momento otras repúblicas hispanoamericanas, por considerarse "un caso especial", diferente de las demás, sin que nunca explicara por qué era así.
El gobierno español no aceptó las pretensiones de Guatemala en el punto de la nacionalidad por ir en contra de su legislación y de los criterios de nacionalidad seguidos generalmente por los países europeos.
Los distintos enviados plenipotenciarios de uno y otro país discutieron durante años el punto de desacuerdo sin encontrarle solución.
Por último el Ministro de Estado español decidió pasar el asunto a consulta del Consejo de Estado, el cual propuso, para no alargar más el negocio, aceptar la última propuesta guatemalteca de omitir el artículo que hacía referencia a la nacionalidad, y que cada país actuara de acuerdo a su legislación.
El tratado definitivo se firmó en Madrid el 29 de mayo de 1863 y el canje de ratificaciones se efectuó en la misma ciudad en junio del año siguiente. RR |
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