Abstract:
Por educación calvinista, Gide está acostumbrado a la idea de la renunciación. En plena crisis de emancipación, frente a un medio familiar puritano y una generación literaria “decadente”, su ruptura con el Simbolismo lo conduce a una modalidad de renunciación que él califica de positiva: “la disponibilidad”. Al escapar de los viajes inmóviles y sin peligro y de los coloquios insulsos con los literatos, Gide se expone deliberadamente a los llamados seductores del mundo, satura su sensualidad con impresiones que dan a ser una existencia pasajera y suprime su capacidad de reacción para experimentar mejor las sensaciones; con un nuevo uso de su voluntad protestante, se deshace de todas las ataduras de su personalidad y decide ya no recurrir a la memoria ni prever el futuro; para vivir en un eterno presente, sin detenerse a considerar el problema del bien y del mal; se declara partidario del predominio de los sentidos y de la búsqueda de una libertad personal; reemplaza el conformismo bíblico de su juventud por la aceptación ferviente de todas las cosas.