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Los géneros Phyllophaga spp y Anomala spp (Coleoptera: Scarabaidae), comprenden dos de los géneros del complejo de las gallinas ciegas, que en la actualidad es reportada por los campesinos del área de Sololá y Huehuetenango como una de las plagas más importantes que atacan el cultivo del maíz. La tendencia ante este problema es la de utilizar insecticidas sintéticos. Debido a que estos causan deterioros al ambiente y a la salud humana se ha propuesto establecer prácticas culturales, como el uso de fertilizantes orgánicos para la disminución de dichas plagas. Sin embargo, existen pocos estudios que demuestren el impacto que tienen los fertilizantes orgánicos sobre las larvas de gallina ciega, por lo que con este estudio se buscó contribuir al conocimiento de la relación que existe entre el fertilizante y la plaga. Para ello se establecieron experimentos controlados, en el campo y en el invernadero. En el campo se compararon 4 tratamientos: 1. Dosis recomendada de fertilizante sintético; 2. Dosis recomendada de fertilizante orgánico; 3. Doble de la dosis recomendada de fertilizante orgánico y 4. Control sin aplicación de fertilizante. Las parcelas se localizaron en tres sitios en el Altiplano de Guatemala, dos sitios en Sololá en donde el suelo es relativamente fértil y uno en Huehuetenango en donde el suelo es pobre. En cada sitio se hicieron tres muestreos en los cuales se contó el número de larvas por planta, el número de plantas infestadas y las plantas que mostraban coloración amarilla. El experimento en el invernadero permitió medir las interacciones entre fertilizantes y fertilidad del suelo sobre el desarrollo de la planta y daño que ocasionan las larvas a ésta. Se sembró maíz en bolsas de polietileno, la mitad con suelo proveniente del sitio de Huehuetenango y la otra mitad con suelo de uno de los sitios de Sololá. Se fertilizó cada planta con los mismos tratamientos utilizados en el campo y en cada una de ellas se inoculó 4 larvas de gallina ciega. A cada planta se le midió la altura, el diámetro, el número de hojas y por último el peso seco de la raíz. Se encontró que solamente en uno de los sitios de Sololá, el cual no había sido fertilizado en por lo menos 20 años, hubo diferencias significativas en el fertilizante aplicado para la densidad de larvas. Las parcelas tratadas con fertilizante orgánico en su única dosis presentaron menos larvas por parcelas y plantas infestadas que la doble dosis de éste y que el químico. En los tres sitios, la mayor cantidad de larvas por parcela y plantas infestadas se presentó en el primer muestreo. No se encontró una relación entre la densidad de larvas y la coloración amarilla de las plantas, por lo que el color no indicó la presencia de éstas. En las plantas del invernadero, las que crecieron en suelo rico presentaron más altura que las que crecieron en el suelo pobre, de igual manera para el diámetro del tallo y el peso seco de la raíz, éstas diferencias fueron significativas entre las localidades y entre los tratamientos; pero solo la altura mostró tener un efecto significativo de la interacción del fertilizante con la fertilidad del suelo. En el suelo fértil las plantas del doble orgánico y las del químico fueron las más altas y en el suelo pobre las de las dosis del abono orgánico. En cuanto al daño que las larvas hicieron a la planta, las del orgánico fueron las que mostraron menor daño en el suelo fértil y las de doble orgánico en el suelo pobre. |
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