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INTRODUCCIÓN. La mayoría de personas adultas permanecen muchas horas
en su trabajo, por medio de él se definen actividades
diarias, contactos sociales, oportunidades de desarrollo
personal, el tiempo de permanencia con la familia y algunas
veces hasta el lugar donde vive.
Generalmente, cuando la persona se aproxima a la vejez,
tiene que dejar su trabajo y jubilarse. Pertenecer a un
grupo al que la sociedad señala únicamente por el
envejecimiento biológico y deja de lado la experiencia que
posee la persona en esta etapa.
Al retirarse del ejercicio de su carrera o el cargo en
su trabajo, depende de una pensión con la cual merma su
ingreso económico, además que necesita invertir el tiempo
libre y enfrentar los cambios físicos que se empiezan a
presentar.
Al indagar la situación de los prejubilados en
instituciones del Estado y de la iniciativa privada, se
encontró falta de programas de información y formación que
los preparen para el cambio del trabajo al descanso y se
demostró por medio de una encuesta el interés de las
personas por estar preparadas para su retiro unos años antes
de iniciarlo. Consideraron importante conocer aspectos
sobre la salud física y mental en la vejez; también se
interesaron en la importancia de mantener la relación con la
familia después de su retiro, y el segundo aspecto
importante fue la recreación durante la vejez y las
pensiones (ver apéndice).
En vista del interés manifestado por las personas
encuestadas, creemos necesario e importante que en las
instituciones del Estado y de la iniciativa privada, se
implementen jornadas de preparación para la jubilación, con
orientación sobre aspectos físicos, psicológicos y legales
que ayude a los trabajadores a adoptar actitudes positivas
ante la vida. Además de descubrir y potenciar capacidades
individuales ante un futuro que puede y debe ser activo en
todos los ámbitos de realización personal.
Con el presente trabajo se pretende coadyuvar a la
problemática del futuro jubilado, presentando un programa
que oriente al trabajador para que tome su retiro con
expectativas positivas. Con dicha preparación se
beneficiará a la familia y a la comunidad, ya que mejorará
el ambiente social así como la salud física y psíquica para
que tenga una buena adaptación.
Actualmente los guatemaltecos en general se jubilan
entre los 50 y los 65 años de edad. Según el artículo 5o
inciso 2do. de la Ley de Clases Pasivas Civiles del Estado,
los trabajadores menores de 65 años se pueden jubilar
voluntariamente, pero es obligatoria la jubilación después
de esta edad. Al llegar a este punto, la persona será
notificada para que inicie sus trámites, luego será
sustituida y posteriormente al terminar el papeleo se le
fija la pensión a que tiene derecho.
Es justo reconocer que si estas personan han dedicado
años de su vida al trabajo productivo, es necesario que
reciban orientación y preparación que les ayude a conservar
su salud física y mental. También para motivarlos a llevar
una vida activa y con la que se puedan sentir útiles dentro
de la sociedad. |
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