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La educación normal primaria en Guatemala se ubica dentro
de los estudios correspondientes al Ciclo Diversificado,
como una modalidad después de la Educación Básica, para adquirir
una formación de cultura general y profesional.
Sin ser este tipo de educación una carrera de estudios
superiores, prepara a los normalistas en el diseño, elaboración
y uso de los recursos materiales para la enseñanza y
los capacita para que al integrarse al proceso económico y
social de la nación, contribuyan a su desarrollo.
No se descarta, por otro lado, que la juventud durante
este período está en proceso de formación psico-sociológica,
además de biológica, y que cuando egresa de la escuela normal,
de pronto se encuentra circundada por un ambiente un tanto
extraño que le ofrece la vida pública, compleja y conflictiva.
Corresponde en primer lugar a los establecimientos formadores
de maestros, ofrecer oportunidades para que los estudiantes
asimilen la herencia cultural vigente, de manera que
al egresar puedan aplicarla y enriquecerla.
De suma importancia resulta que el futuro maestro, que
egresa de las escuelas normales, lleve consigo un cúmulo de
hábitos de responsabilidad, puntualidad, estudios e investigación;
que esté capacitado para reconocer su talento y limitaciones,
a la vez que tome conciencia de la trascendencia de
haber elegido esta carrera y, fundamentalmente, del ejercicio
profesional.
Se repite con insistencia que algunas personas ingresan a
la carrera en forma temporal, quizás porque necesitan trabajar
mientras continúan en otra profesión o se casan; se dice
que pocos hay que piensan en la docencia como una fuente de
ingresos permanente. No obstante, algunos maestros, a costa
de enormes sacrificios de toda índole, permanecen hasta los
días de pensionarse cumpliendo con su papel en la escuela.
Todas las profesiones plantean exigencias de quienes de una u
otra manera se han ligado a ellas.
Un alto porcentaje de estudiantes que elige la carrera magisterial,
lo hace, en general, por las facilidades que parece
ofrecer: carrera corta, peldaño para continuar estudios superiores,
trabajo de una jornada, largas vacaciones, profesión
fácil. Quizás por esto numerosas personas decidan dedicarse
al ejercicio del magisterio sin tener vocación alguna para
ello. En la realidad, los mismos maestros son conscientes de
la problemática que genera su situación profesional y de los
factores que inciden directa o indirectamente, frenando lo
que podría ser su buen desempeño en el sistema escolar.
Un reciente estudio sobre oferta y demanda en los sectores
públicos y privados (PNUD-UNESCO-1977), muestra que las
pocas oportunidades de empleo en ambos, hace que los egresados
de la Educación General Básica, elijan el magisterio como
fuente de empleo futura, aunque sin ninguna orientación profesional.
El problema se acentúa toda vez que el porcentaje de desempleo
en el magisterio, calculado para el decenio 1979-1989,
es del 62.7 por ciento, lo que equivale a un excedente de
54,500 maestros para ese período (USIPE; PNUD-UNESCO, 1979)
que no podrá ser absorbido ni por el Estado ni por la empresa
privada.
El hecho de que las escuelas normales estén ubicadas en
el sistema formal como una de las ramas de la Educación Diversificada,
probablemente no llene en el mayor de los casos
los requisitos de una sólida formación teórico-práctica para
el ejercicio profesional, aunado a la aceptación masiva de
los estudiantes y a una inexistente selección que considere
el tipo de personalidad del estudiante de magisterio para
primaria, su interés vocacional, su aptitud y actitud hacia
el ejercicio de la profesión, elementos decisivos para su
éxito o fracaso profesional.
De lo anteriormente expuesto, surgió el interés en el
grupo de estudiantes de Maestría en Medición, Evaluación e
Investigación Educativa, curso 1980, por realizar una investigación
dentro del campo de las actitudes hacia el ejercicio
profesional en jóvenes que egresan de los establecimientos
formadores de maestros de educación primaria.
Ya que se afirma que la principal fuente de estímulos en
el proceso enseñanza-aprendizaje es el docente mismo, que de
sus valores y actitudes dependerá en gran medida el producto
que logre con sus alumnos, es importante conocer si los estudiantes
de magisterio o del último año poseen una actitud positiva
o negativa en relación al ejercicio profesional.
El equipo desarrolló una escala de evaluación actitudinal,
fundamentándose en la Teoría de Facetas de Guttman
(CEMIE, 1972), para explorar la actitud hacia el ejercicio de
los estudiantes que egresan de la carrera de magisterio, en
las escuelas normales de la ciudad de Guatemala, teniendo presentes
aspectos de tipo económico, social educativo e institucional.
En lo que se refiere a investigaciones acerca de las actitudes
de los estudiantes de último año de magisterio hacia
el ejercicio profesional en Guatemala, no existe información
al respecto, lo cual se observó en la revisión bibliográfica
realizada en todas las universidades y dependencias de tipo
educativo de la ciudad.
Tiene como propósito principal esta investigación, indagar
si las variables predictoras, según criterios psico-pedagógicos
y estadísticos aplicables a las ciencias sociales,
muestran resultados significativos en la actitud de los estudiantes
de sexto año hacia el ejercicio de la carrera de
magisterio primario. RR |
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