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La necesidad de la elaboración de estudios de la ecología y biología de B. tabaci han aumentado en respuesta al decaimiento del sector agrícola en todo el mundo. Guatemala no parece ser la excepción, ya que a partir de los ochentas se han detectado distintos biotipos de mosca blanca que están asociados con problemas de infección de Begomovirus, entre ellos B y Q más recientemente. En el presente se propuso la elaboración de un protocolo para distinguir entre los diferentes biotipos que se encuentran en Guatemala mediante la técnica de SSCP´s y la elaboración de su respectiva filogenia en base al gen COI. El análisis
filogenético definió siete biotipos diferentes (G1, G2, G3, G4.1, G4.2, G5 y G6 respectivamente) cuyo polimorfismo está basado en ocho sustituciones o deleciones de nucleótidos, de un total de 780 pb analizados del gen COI. Sin embargo, las regiones de polimorfismo son compartidas entre varios, lo cual permite especular de que a pesar de que comparten áreas simpátricas existe la posibilidad de aislamiento genético. El protocolo de SSCP´s presentó dificultad en la visualización de los patrones respectivos de cada biotipo; sin embargo, se puede diferenciar fácilmente entre los biotipos A, B y G (excepto entre los
diferentes que forman G).
Se determinó que los biotipos de B. tabaci son dependientes con el tipo de cultivo, región, temporada e intervalo de altura. El biotipo G1 se encontró en todas las regiones especialmente en el oriente y centro (excepto en la occidental que no se encontró B. tabaci). G2 y G3 fueron mayormente abundantes en el norte y sur respectivamente. Con respecto a las plantaciones la dependencia puede ser discutible, ya que algunos biotipos fueron encontrados sólo una vez en un tipo de cultivo, mientras que otros con preferencias polífagas. El biotipo G5 fue el único en presentar preferencia en tomate. Con respecto a la temporada se encontró que el G1 siempre obtuvo mayor abundancia en las regiones oriente y centro para ambas temporadas (seca y después de las lluvias), en cambio el G5 solamente se detectó después de las lluvias para ambas regiones. El biotipo B no se detectó, posiblemente debido al poco muestreo en plantaciones de cucúrbitas. El biotipo Q tampoco fue detectado, posiblemente debido a que no se ha adaptado aún.
Finalmente, las comparaciones con otros monitoreos de años pasados determinaron la existencia de similitud entre el biotipo G1 del presente estudio con el G5 de 1999 y el G3 del presente año con el G6 de 1999; sin embargo, fueron detectados por diferentes técnicas: en 1999 por detección de proteínas (esterasas no específicas) y la actual por medio de ácidos nucleicos (SSCP´s y secuenciación). RR |
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