Abstract:
Los asentamientos precarios son un fenómeno de las áreas metropolitanas que ocurre
en la mayoría de los países de América Latina. La falta de tierra a precios accesibles para la
población de bajos estratos económicos y el fracaso de los gobiernos de crear las condiciones necesarias para suplir esta necesidad, es la principal causa de que cada vez aumente el número de habitantes que conforman las áreas precarias de las urbes. En la ciudad de Guatemala, estos asentamientos son formados principalmente por la invasión de tierras. Las condiciones de vida se caracterizan por la falta de servicios públicos, inseguridad y hacinamiento.
El proyecto de Nueva Esperanza es un intento por parte de una Organización No Gubernamental norteamericana, llamada Fundación Familias de Esperanza, para cambiar estas condiciones de vida. Para esto, la Fundación ha decidido construir una comunidad y trasladar a familias de dos asentamientos que deseen cambiar sus condiciones de vida. Luego de tres años de ejecución de este proyecto, se ha creado una compleja relación de poder y subordinación entre la Fundación y las familias beneficiarias, en donde la base justificadora es el discurso de desarrollo.
Por más de medio siglo los países del "Primer Mundo" han utilizado como excusa el
desarrollo para intervenir en los países del "Tercer Mundo". La invención del subdesarrollo como una realidad palpable cambió la percepción del mundo y se instauró en el consciente colectivo de la humanidad como una condición denigrante de la cual era necesario escapar.
La ayuda para combatir el subdesarrollo ha sido canalizada principalmente a través de proyectos de desarrollo. La historia de los proyectos de desarrollo se caracteriza por una
conflictiva relación entre los funcionarios de los organismos de desarrollo y sus beneficiarios, y por el fracaso parcial o total de la mayoría de éstos.
Actualmente, teóricos como Arturo Escobar, Gustavo Esteva y Mónica Cejas Minuet, han
iniciado un debate sobre el paradigma del desarrollo y en el camino han encontrado una ideología llena de connotaciones y prejuicios que impone una forma de ver el mundo y limita el florecimiento de distintas formas culturales.
El proyecto de Nueva Esperanza es un ejemplo de un proyecto de desarrollo y conforma
un escenario ideal para el estudio de las relaciones que surgen de él. Por otro lado, la
Fundación Familias de Esperanza, en su intento por cambiar las condiciones de vida de las
familias que solían vivir en un asentamiento de invasión, ilustra cómo una institución amparada por el discurso de desarrollo reduce a sus beneficiarios en sujetos con experiencias "negativas" y valores "inadecuados" que deben "aprender" una "mejor forma de vivir". RR