Abstract:
El Constructivismo de Berger y Luckmann (1966) afirma que la realidad es una interpretación humana, construida en base a la cultura, las instituciones que la componen y la experiencia individual; por lo tanto, lo que un ser humano opina sobre sí mismo y sobre los otros que le rodean no es más que el reflejo de lo que su sociedad le ha impuesto a través de prototipos o estereotipos culturales. En otras palabras, la realidad social que se vive es manipulable a través de variables culturales, como lo comprobó Margaret Mead -y la Escuela de Cultura y Personalidad en general- a través de sus estudios sobre sexualidad en Samoa (Barnard, 2000). Si la afirmación de Berger y Luckmann (1966) es cierta, es posible entonces interpretar la visión que los Quichés prehispánicos tenían sobre sus contemporáneos y el mundo en el que se desenvolvían todos, a través de las producciones culturales donde reflejan dicha percepción consciente o inconscientemente; en este caso específico a través de los documentos etnohistóricos que hoy se conocen. Aquí cabe mencionar que Hill (1999) afirma que la cosmovisión quiché era tan importante para quienes redactaron los textos etnohistóricos que hicieron encajar la historia en el marco conceptual de su cosmovisión, con tal de que la historia corroborara lo que de por sí los Quichés daban por hecho: la inferioridad de los Vukamag, que es lo que interesa para este ensayo.