Abstract:
Introducción: En Haití, la rabia es un problema serio de salud pública debido a los riesgos para la salud de la población haitiana y a las implicaciones en la región. En 2006, Haití reportó más del 40% de los casos de rabia humana en la región de América. De 2007 a 2010, se reportaron 15 casos y en 2011 se reportaron 13 muertes por rabia. El país cuenta con un sistema de control inadecuado que no permite adoptar las medidas de prevención adecuadas que puedan reducir el riesgo de transmisión de la rabia. Fueron evaluados los conocimientos, actitudes y prácticas sobre el riesgo de contraer la rabia en la población y profesionales de salud.
Métodos: Estudio realizado a través de un muestreo por conglomerado en la población, seleccionando 30 conglomerados aleatoriamente y 24 viviendas en cada conglomerado basado en las secciones de enumeración y el universo de los profesionales de la salud de Pétion-Ville. Los datos fueron recolectados aplicando dos cuestionarios (cara a cara) de selección múltiple. Fueron creadas dos bases en EpiInfo 3.5.3 y se calcularon porcentaje, frecuencia, razón de probabilidad, IC 95%.
Resultados: Encuesta poblacional: Fueron entrevistados 550 personas, quienes tenían 30 años en promedio (rango: 18-90); predominio el sexo femenino (56,5%). El 58%
(318) indicó había iniciado secundaria y 34% (132) estaban desocupados. Se registraron 453 animales domésticos y 70% (317) sin vacunación. Entre los principales transmisores de rabia, 85% (468) identifica el perro y solo 1% (8) reconocen los murciélagos y las mangostas como transmisores de la rabia. El 77% (416) sabe que la rabia puede ser transmitida por mordeduras y 76% (415) que es una enfermedad prevenible. Este conocimiento es mayor a mayor escolaridad (p<0,05). El 90% ante mordedura por animal sospechoso de rabia buscaría ayuda médica y sólo un 6% lavaría la herida con agua y jabón. Entrevista a profesionales de salud: Se entrevistaron 106; quienes tenían en promedio 37 años (rango 23-72). El 98% (104) sabe que el perro es el principal transmisor de rabia y el 28% (30) que los murciélagos y 14% (15) las mangostas transmiten la rabia. El 73% conoce que la rabia puede ser transmitida por mordeduras, no obstante, 13% relató que la transmisión puede ocurrir al consumir carne cruda de animales sospechosos. Este conocimiento no varía en función de su nivel de profesión (p>0,05).
El 70% (74) lavaría la mordedura con agua y jabón y 14% (15) solicitaría vacuna antirrábica. No se identificó ninguna asociación entre las exposiciones investigadas, la población y los profesionales de salud.
Conclusiones: Tanto en la población, como en los profesionales de salud, el nivel de conocimiento no es suficiente y las actitudes y prácticas tanto de la población como del personal de salud no son apropiadas. Por lo que, se recomienda fortalecer la educación sobre las medidas de prevención en la población e implementar un programa de educación continua del personal de salud.
(A)