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Guatemala es un país de muchas riquezas con una gran cantidad de
recursos aún sin explotar; se encuentra en una región climatológica
privilegiada en la cual se halla una gran variedad de ambientes y terrenos
prestos para el desarrollo de la vida vegetal y animal.
Es por esta gama de climas y terrenos que en sus suelos se puede
encontrar todo tipo de cultivos a lo largo de todo el año, lo cual es una gran
ventaja para todo aquel país que tiene las actividades agrícolas como parte
importante de su economía.
Las frutas que se cosechan en Guatemala van desde mango, piña y
banano, que son de clima tropical, hasta manzanas, uvas y melocotones,
que son de clima templado. El inconveniente que tienen éstas y todas las
frutas es que son estacionales; se dan por épocas, depende sus necesidades
de luz, agua y temperatura, por ende, frescas no se encuentran disponibles
en el mercado todo el tiempo.
Debido a este inconveniente el ser humano desde hace mucho, ha
creado métodos para la conservación de los alimentos con el fin de tenerlos
a su disposición en cualquier temporada. Uno de los tantos procesos que el
hombre ha utilizado a lo largo de los años es el secado o deshidratación,
que cumple con el fin primordial de evitar el deterioro microbiológico del
alimento, i.e. su preservación, y que alarga su vida útil. De esta forma, se
evita la pérdida de muchos productos que si se consumieran únicamente sin
procesados, se desperdiciarían en gran cantidad.
En el presente trabajo se hizo uso de uno de los más antiguos
métodos de conservación de alimentos, el método de secado, para
desarrollar un nuevo producto (harinas de frutas para elaborar bebidas
instantáneas) basándose en la deshidratación de frutas como piña y fresa,
proporcionando así una opción para aprovechar algunos de los muchos
recursos que tiene esta tierra. |
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