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INTRODUCCIÓN. En las últimas dos décadas los avances tecnológicos han provocado aumentos
dramáticos en la tasa de sobrevivencia de los niños con cáncer. Según Robison (1997), la
tasa actual de sobrevivencia del paciente pediátrico con cáncer en Estados Unidos es de
más de 65%; basándose en esta tasa de sobrevivencia y en la incidencia actual del cáncer
infantil en ese país, estima que para el año 2,000, una de cada 900 personas entre los 16 y
los 44 años, será un sobreviviente de cáncer infantil. A razón de este éxito médico, la
oncología pediátrica ahora incluye el interés por las múltiples implicaciones psiquiátricas y
psicosociales del cáncer en la niñez y adolescencia.
El incremento en la supervivencia de niños con cáncer ha sido posible por la
adopción de métodos progresivamente más potentes y agresivos para el tratamiento. El
tratamiento del cáncer incluye cirugía, quimioterapia y radioterapia, en forma conjunta o
separada. Desafortunadamente, estos tratamientos pueden ser dolorosos, provocar miedo y
ansiedad, alteraciones en la imagen (especialmente cuando hay amputaciones)
frecuentemente tienen efectos secundarios adversos a corto y largo plazo que pueden
alterar el bienestar físico y emocional de la persona (Katz, Kellerman y Varni; en Katz.
Dolgin y Varni. 1990). Como afirma el National Cancer Institute (1980): "Aunque un
niño o niña padezca una enfermedad que amenaza su vida, sigue creciendo y
desarrollándose y tiene las mismas necesidades que sus coetáneos con una salud normal"
(p. 47). Las demandas físicas y psicológicas para el paciente y su familia son enormes e interfieren en distintas áreas del desarrollo.
En la actualidad, para los niños que padecen cáncer, sobrevivir al mismo no es
suficiente. Con la creciente población de sobrevivientes de cáncer impera la necesidad de
una intervención para que su desarrollo psicológico y social, vaya a la par del físico. Según
Lansky, List, Ritter-Sten y Hart (1991), la adaptación de los niños durante la enfermedad y
el tratamiento y la calidad de vida, ya sea en fase terminal o como sobreviviente a largo
plazo, son de suma importancia. Un exitoso resultado en todas las áreas psicosociales en
que el paciente se desenvuelve, está estrechamente vinculado a una temprana asesoría,
prevención e intervención profesional.
Actualmente, en Guatemala, se conoce muy poco acerca del manejo psicológico del
paciente pediátrico con cáncer y las intervenciones en ese sentido no existen o se enfocan
solamente a algunos aspectos del problema; no se da un tratamiento integral. En la
mayoría de los casos, la familia del paciente busca la ayuda psicológica cuando se
empiezan a presentar algunas complicaciones de tipo psicológico; otras veces, se busca este
tipo de intervención después de terminado el tratamiento y cuando se empiezan a
manifestar las secuelas del mismo. En el peor de los casos, los sobrevivientes de cáncer
pueden empezar a tener problemas académicos y sociales sin buscar la ayuda adecuada por
falta de información. En general, no existen programas preventivos ni informativos acerca
de qué esperar y qué hacer cuando surjan problemas.
Este modelo de trabajo pretende ser un instrumento útil para psicólogos,
trabajadores sociales y médicos, que trabajan con niños con cáncer, para que por medio de
él, puedan entender la vida psíquica de estos pequeños pacientes y sepan qué hacer ante
determinadas situaciones. Se limita al trabajo con niños y niñas de 0 a 12 años, ya que a
partir de los 13 años, se trata de adolescentes que presentan características y una
problemática distinta y que requieren, por tanto, un manejo diferente.
En la elaboración de este modelo se pudo constatar que existe una carencia de
literatura e investigaciones sobre el tema aplicados a culturas como la nuestra, por lo que
muchas de las intervenciones están basadas en técnicas utilizadas en otros países, como
Estados Unidos o España. Por esto mismo, se deja al buen juicio de la persona que lo
utilice, las adaptaciones que puedan requerirse en la práctica, sobre todo si se toma en
cuenta la característica pluricultural de nuestro país. |
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