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INTRODUCCIÓN.
En la actualidad el tema de desarrollo humano sostenible es muy discutido; se
consideran todos los aspectos que intervienen en el proceso y se analizan las experiencias
pasadas de desarrollo, para no seguir prolongando la exclusión social ni la degradación
ambiental. Revisar el papel que juega la educación en el desarrollo sostenible es un
esfuerzo por hacer énfasis en la formación de capital humano y, por lo tanto, por
proponer al desarrollo a partir de las potencialidades y de la dignidad humana.
El presente ensayo inicia con el análisis y una breve crítica y revisión de los modelos
de desarrollo del siglo XX. Para ello se toma como base "las sietes tesis equivocadas
sobre América Latina" de Rodolfo Stavenhagen, "el ajuste estructural" propuesto por el
Banco Mundial y la "globalización" de acuerdo a la visión de Giddens. Estos se discuten
con el objetivo de justificar la necesidad de proponer un nuevo modelo más humano e
integral. Seguidamente se define el desarrollo humano sostenible y el papel que juega la
educación en éste, a partir de las propuestas de la ONU, sistematizadas en los informes
elaborados por el PNUD. De igual forma se describen las responsabilidades de los
gobiernos para crear las garantías del desarrollo y el papel de las instituciones educativas,
específicamente de la escuela, como el campo de acción más cercano para hacerlo
operativo.
Al mismo tiempo se describe la situación educativa del sistema formal de Guatemala
en relación a los factores de desarrollo. Seguidamente se analiza la situación
socioeconómica de Costa Rica para ejemplificar cómo la educación puede ser un
significativo factor de desarrollo, sin otorgarle toda la responsabilidad y para utilizarla
como referencia para las propuestas de la educación en Guatemala. Se escogió este país
por ser el que presenta el mayor índice de desarrollo humano en Centroamérica. Por
último se proponen medidas necesarias para que la educación contribuya
significativamente al desarrollo de Guatemala.
En América Latina los modelos de desarrollo aplicados durante el siglo XX se
centraron predominantemente en el crecimiento económico. Stavenhagen hace una
crítica acerca de los modelos de desarrollo predominantes hasta la década de los setenta
con la cual argumenta las siete tesis equivocadas sobre América Latina. Primero niega la
existencia de dos sociedades y afirma que coexisten dos polos, las zonas modernas y las
arcaicas. Segundo, afirma que la expansión de los productos del modernismo marcan
más las diferencias pues los beneficios continúan siendo para las zonas que los producen.
Tercero, Stavenhagen argumenta que a las zonas modernas no les interesa promover
el desarrollo de las zonas tradicionales, ya que se sirven de sus condiciones para
mantener su desarrollo. Cuarto, asevera que los sectores que manejan el poder
permanecen unidos en su afán de seguir dominando y de aprovecharse de las condiciones
de las zonas subdesarrolladas. Quinto, establece que el desarrollo no significa una
expansión de la clase media, pues ésta no hace más que beneficiarse de las diferencias.
Sexto, el autor apunta que el desarrollo no es producto del mestizaje, sino por el contrario
de la recuperación de la identidad cultural. Séptimo, argumenta que el desarrollo no se
logra mediante una alianza entre obreros y campesinos sino mediante acciones solidarias
que garanticen el acceso de oportunidades para todos. Por último, propone que el punto
central del subdesarrollo radica en el colonialismo interno y que una vez no se cambie no
podrán surgir mejores opciones de vida.
A partir de la crisis de los años 80, se proponen los programas de ajuste estructural
los cuales consisten en medidas para solucionar los problemas macroeconómicos, para
garantizar el crecimiento sostenido de la economía y reducir la pobreza. Estos se basan en
la reforma del sector público, la apertura externa, la reforma financiera y en la
focalización de los servicios públicos. Sin embargo estos no hacen más que prolongar la
crisis y agudizar las diferencias, lo cual lleva a replantear la necesidad de nuevos
principios para el desarrollo.
En cuanto a la globalización es necesario tomar en cuenta que no se restringe a la
economía, sino más bien a todos los procesos de la vida diaria. De acuerdo con Giddens,
la globalización inicia con la modernidad en donde se amplía la visión de las
concepciones de tiempo y espacio y en donde se toman como base las cuatro estructuras
socioeconómicas predominantes: poder administrativo, poder militar, capitalismo e
industrialización. Al mismo tiempo propone la necesidad de partir de la reflexión para
mantener el equilibrio entre las acciones de la globalización y sus consecuencias en el
futuro, lo cual denomina como "cultura del riesgo".
A partir de los años noventa la Organización de Naciones Unidas sistematiza el
concepto del desarrollo humano sostenible y lo define como el proceso de mejoramiento
de la calidad de vida que garantiza el bienestar de las generaciones presentes y futuras. Se
centra en la plena realización de las necesidades del ser humano, lo cual lo constituye en
el fin y no el medio del desarrollo. Intervienen en este proceso todas las esferas de vida
humana: social, cultural, económica y ambiental, por lo que se le percibe como integral.
En este contexto se propone como requisito indispensable la participación ciudadana para
que el diseño y ejecución de propuestas respondan a las necesidades de la población y
para que los individuos se apropien y faciliten su propio proceso de desarrollo. Se
entiende al crecimiento económico como fundamental para tener acceso a los servicios,
pero deja de vérsele como un fin del desarrollo. Asimismo, se considera indispensable
garantizar la seguridad y la libertad ante las amenazas del hambre, la enfermedad, la
exclusión y la pobreza.
En este proceso, la educación juega un papel fundamental ya que prepara a las
personas para ser capaces de enfrentar los retos del desarrollo. Construye conocimientos,
desarrolla destrezas, habilidades, actitudes y valores que permiten a los individuos
plantear soluciones pertinentes a los problemas y puedan así, cambiar su realidad. De lo
anterior deriva que el primer cambio educativo necesario es el del conocimiento, es decir
generar la información adecuada y pertinente al desarrollo. El segundo es la formación
del pensamiento crítico, el cual permite utilizar la información para generar propuestas
acertadas. El tercero son los valores, ya que garantizan prácticas armoniosas para la
vida pacífica y respetuosa entre los seres humanos, y entre ellos y su ambiente.
En este punto es indispensable analizar las responsabilidades de los gobiernos
quienes son los encargados de establecer las bases sociales, económicas y políticas para
que la educación juegue un papel importante en el proceso de desarrollo humano. Las
responsabilidades sociales se refieren a establecer políticas claras para mejorar las
condiciones educativas del país. Las económicas apuntan a dirigir las acciones para
garantizar cierta estabilidad en la economía, acceso a empleos dignos y seguros, y una
justa distribución de los recursos. Por último, las políticas consisten en crear espacios de
participación en el proceso educativo por medio de la descentralización de funciones.
Ante todas las necesidades anteriores ¿Qué papel juegan las instituciones educativas?
Uno muy importante, hacer operativos los principios de la educación como factor de
desarrollo. Para aplicarlos se propone a la escuela como el marco de acción más cercano.
En ella los docentes, con la preparación y las actitudes adecuadas, deben generar espacios
de participación y discusión, dar información adecuada que peRMita la solución de los
problemas de la comunidad, la sociedad y el mundo y ser ejemplo de actitudes
responsables, solidarias, pacíficas y respetuosas. La comunidad educativa debe
involucrarse para facilitar tanto los procesos educativos como los de desarrollo
comunitario para garantizar la transferencia de poder.
Guatemala enfrenta problemas serios. Predominan escasas condiciones económicas,
políticas y sociales para fortalecer el desarrollo. La situación de la educación en el país no
es más alentadora. La baja calidad repercute en la incapacidad de formar el capital
humano necesario para aumentar la participación ciudadana. Sumado a esto, los
procedimientos centralizados impiden crear espacios de participación. Predomina una
escasa cobertura como síntoma de exclusión, y la utilización de procesos que fomentan la
discriminación cultural. Las altas tasas de analfabetismo y el escaso promedio de
escolaridad afecta el desarrollo económico. Todo ello permite pensar que la educación no
ha sido prioridad para el país y que no se le ha aprovechado como una herramienta
valiosa para promover la formación de capital humano necesario para fortalecer el
proceso de desarrollo.
Del análisis de Costa Rica es factible evidenciar que si un país tiene bases sólidas en
la inversión social, sobre todo en educación, tendrá condiciones para propiciar el
desarrollo humano sostenible. El país con una política definida de inversión y
administración en educación, generó condiciones para contar con una mejor mano de
obra calificada, mejor situación ambiental y una eficiente utilización de los recursos. Las
políticas de los gobiernos en favor de la estabilidad económica, política y social y la
formación de capital humano hicieron posible que los niveles educativos ayudaran a
mejorar la calidad de vida de los costarricenses. Sin embargo, aún prevalecen fuertes
deficiencias en el sistema educativo, sobre todo en la educación secundaria.
Para que la educación contribuya a mejorar la calidad de vida de los guatemaltecos es
necesario establecer políticas claras y continuas. Una de ellas consiste en aumentar la
inversión en educación, al mismo tiempo que mejorar los procedimientos
organizacionales y administrativos. De igual forma es indispensable aumentar la calidad
educativa para aumentar la capacidad de formación de capital humano y fomentar la
creación de espacios de participación. Además es fundamental ampliar la cobertura
evitando la discriminación del acceso y promover procesos educativos pertinentes a la
tolerancia cultural. Asimismo es oportuno aumentar el promedio de escolaridad,
promover la capacitación para el trabajo, aumentar el acceso al nivel medio, a la
información y a la tecnología como estrategias para fortalecer el desarrollo económico.
Por último es indispensable tomar en cuenta que pese a la urgencia de generar
cambios del sistema educativo a nivel macro, es necesario incidir directamente en el
proceso de enseñanza-aprendizaje. Esto no será más que un esfuerzo que propicie la
formación de capital humano que prepare para la transferencia de poder. Lo anterior
permitirá que las personas sean capaces de transformar el rumbo de crisis del país, al
cambiar las injusticias y al elaborar propuestas para fortalecer el proceso de desarrollo
humano sostenible. RR |
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