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INTRODUCCIÓN. Desde los orígenes de la ciencia de la Antropología en el siglo pasado, los ritos relacionados con la muerte y el simbolismo e implicaciones sociales que ésta
conlleva, han sido fuente de interés constante. Los principios que dictan que el
trato funerario es un reflejo de la vida y muerte del individuo y de su estatus
dentro de la sociedad en que vivió (James Brown, 1971: 2; Arthur Saxe, 1971: 39),
así como un reflejo de la sociedad misma y su complejo cognoscitivo (Lewis
Binford, 1971: 7 citando a H. C. Yarrow) han sido aceptados desde hace tiempo.
Bárbara Arroyo (1990: 1) subraya el hecho de que los restos óseos en contextos
arqueológicos "son la evidencia más directa de la población que habitó una
región y por lo tanto,... permite una reconstrucción de la sociedad de los antiguos
habitantes y una mejor comprensión de su desarrollo".
Esta estrecha relación entre el individuo y su sociedad, y el tratamiento
mortuorio apoyada por Saxe (1971), sin embargo, encuentra algunos problemas
planteados por nuevas corrientes de pensamiento. Bryan Bird y Christofer
Monahan (1995: 253), basados en parte en la Antropología Simbólica de Victor
Turner, admiten un factor multidimensional en los ritos funerarios, es decir,
pueden hacer referencia a diferentes aspectos sociales y no estrictamente representar a uno sólo. Estos autores prestan suma importancia al "estatus
supuesto" del individuo dentro de la sociedad en los estudios de patrón
funerario: "... los rangos sociales pueden existir sin estar expresados en las
prácticas funeraria? (ibid.). Además desarrollan ampliamente el tema del
estatus logrado (el que el individuo logra por su propio esfuerzo en vida) y el
estatus atribuido (resultado de la herencia, por ejemplo) a un individuo, el cual
podría estar, o no, representado en el momento de su muerte.
Basándose en la Teoría Social, (la cual toma al Poder "... como un factor
central en el estudio de los sistemas sociales"), Michael Parker (1982: 100),
incluye en el estudio funerario el tema de las relaciones regularizadoras de
interdependencia entre individuos, y le asigna a la ideología un papel importante
en la modificación y elaboración de tales prácticas.¹ El autor, resalta la
importancia de la ideología como medio legitimizador de cualquier evento social.
En una línea de pensamiento similar, Michael Shanks y Christofer Tilley (1982:
130), ven en los rituales mortuorios "una fuerza particular de legitimación ideológica del orden social..." , es decir, el rito funeral como medio.² Como ejemplo, podemos citar a Patricia McAnnani (1995). En su estudio sobre veneración a los ancestros (ibid.: 8), afirma la importancia de tal costumbre (la veneración) en la legitimación sobre posesión de tierras y herencia: "...lazos fuertes con ancestros del pasado proveen también ... derechos y privilegios
..acceso a tierra, agua, ... y otros bienes, propiedades y recursos." (ibid.). Ante
ésto, y aceptar el supuesto que la ideología " legitimiza los intereses seccionales
de grupos hegemónicos ... (convirtiéndose en) ...percepción distorsionada de la
realidad ..." (Shanks & Tilley, 1982: 130), Parker concluye que: "La muerte es
consecuentemente susceptible a manipulación por ciertos grupos para mantener
o realzar su influencia sobre otros." (Parker, 1982: 101).³
Luego de esta breve revisión teórica, el argumento evolucionista de
Saxe de afirmar que, el tratamiento mortuorio es reflejo de la posición social en
vida del individuo (Saxe, 1971: 39), debe abrirse a la nueva posibilidad. Ésta está relacionada con una visión que aprecia al trato funerario no como un hecho, sino
como una metáfora (Shanks & Tilley, 1982:150). (4)
En conclusión, estos últimos argumentos de bases estructuralistas, intentan
proveer una visión más incluyente, encaminándose a ver las prácticas mortuorias
como "formas del comportamiento humano, activamente escogidas por los
actores en relación a creencias específicas y a una más amplia visión del mundo y
temas simbólicos, más que un reflejo directo de la organización social' (Kuijt,
1996: 315).
En el caso de la arqueología en Guatemala, y específicamente en el caso de
la Costa Sur guatemalteca, el tema ha sido tratado con interés y ha obtenido
valiosos resultados por medio de investigadores como Bárbara Arroyo (1990) y
su trabajo en Balberta, Vicente Genovés (1997) en los sitios de Los Chatos y
Manantial, y Susan Colby (1989/1993) con sus reportes sobre los restos óseos de
Sin Cabezas, Escuintla. Estos autores han producido una serie de escritos
posteriores sobre sus particulares experiencias y son el grueso de la literatura
referente a patrón funerario en la región. Por el momento todos estos trabajos
nos permiten iniciar el camino hacia la comprensión de la tradición o tradiciones funerarias en la planicie costera y conocer algo más de la cultura precolombina
de esa región.
NOTAS:
¹ La ideología, según Geoffrey Conrad y Arthur Demarest (1988: 17) es "... un conjunto
de ideas interrelacionadas que proporciona a los miembros de un grupo una razón de existir.
La ideología dice a esos miembros quiénes son y les explica su relación con todos los demás, con
la gente ajena al grupo, con el mundo natural y con el cosmos" . Aquí se refieren a la ideología
religiosa la cual abarca según ellos mismos, a " ...las diversas creencias metafísica, los valores y
conductas que aparentemente se encuentran al margen de instituciones o dogmas religiosos
formalizados." (ibid.) La ideología es pues, de importancia si se trata de la interdependencia
entre individuos, y si bien, las prácticas mortuorias sirven como " ...marco físico y simbólico en
donde una identidad común es expresada" ( Ian Kujt, 1996: 318). Además todo cambio en el
trato funerario está relacionado a cambios de voluntad dentro de los individuos, mismos que
están fuertemente influenciados por la ideología de los mismos.
² El rito puede ser definido como " ... un repetitivo patrón de comportamiento en que
los valores sociales fundamentales de la sociedad se expresan." (Parker, 1982: 100; citando a R.
Huntington y P. Metcalf, 1979:5); o como una práctica fuertemente pautada sujeta a reglas,
regulada, colectiva como individual, que implica un intento de comunicación (ver el texto de
Alfredo López, 1999:6).
³ Así mismo Shanks y Tilley ven que "la ocasión mortuoria ... puede actuar como una
estructura legitimizadora del interés sectorial' (Shanks & Tilley, 1992: 133). La importancia
legitimizadora de la ideología, no obstante, no debe confundirse como su fin último y debe verse
a la ideología como una "variable independiente" transformadora del orden social. (Conrad &
Demarest, 1989: 255).
(4) Shanks & Tilley hacen una interesante revisión de varios autores que tratan sobre el tema del
cuerpo como metáfora y donde el cuerpo se transforma en un producto cultural (Shanks
Tilley,1982:150-152). RR |
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