Abstract:
En Guatemala, la seguridad alimentaria es un problema que toca a muchos habitantes,
sobre todo aquellos de escasos recursos, quienes, en su mayoría, dependen de su propia producción agrícola para alimentarse. Además, es un problema que se encuentra
evidentemente relacionado con la cultura de quienes lo sufren, sobre todo indígenas, los
cuales realizan prácticas agrícolas ancestrales rehusándose a tecnificarse debido a que su cultura no se los permite. Frente a esto, grupos de agricultores han ido restando importancia a sus tradiciones, permitiéndose mejorar sus prácticas agrícolas por medio de aplicación de fertilizantes químicos y pesticidas, por ejemplo, así como manejando sistemas agroforestales que aprovechan de mejor manera los recursos de tierra y agua, y proveen mayor diversificación de la cosecha.
En dieciséis de los diecinueve municipios del departamento de Sololá -los cuales
fueron la población estudiada en esta investigación- se siembra maíz como cultivo de
subsistencia, siendo éste el componente básico del denominado sistema milpa, el cual
además cuenta con cultivos como el frijol y en menor proporción cucúrbitas, haba y yuca
los cuales se destinan tanto a la alimentación como a la venta.
El problema principal determinado en el estudio es el bajo rendimiento en el sistema
milpa en el departamento de Sololá, el cual se encuentran relacionado con la falta de
conocimiento de prácticas agrícolas tecnificadas así como con la falta de semilla mejorada debido al bloqueo que la cultura indígena causa en sus agricultores. A pesar de esto, sí se cuenta con prácticas que se tornan en contra de sus principios étnicos, tales como la aplicación de químicos, sin mencionar que un gran número de agricultores, con el fin de mejorar su calidad de vida y seguridad alimentaria, están dispuestos a dejar de lado sus creencias y poner en práctica nuevos métodos de cultivo, mejorando y diversificando así sus cosechas. Es evidente además, la falta de conocimiento por parte de los agricultores estando estos en la incapacidad de reconocer los problemas de plagas y enfermedades en el campo. Además, utilizan espacios precarios para el almacenamiento tanto de su semilla como de las cosechas. Las fertilizaciones realizadas no son justificadas con base en las necesidades del suelo, sino más bien son realizadas con los fertilizantes más populares como lo es el 20-20-0.