Abstract:
El estilo arquitectónico denominado barroco predominó a partir de mediados del siglo XVII en el sur de Alemania y provocó la transformación al nuevo estilo de algunos palacios reales y de iglesias católicas existentes, así como también ejerció una marcada influencia en las nuevas construcciones. El barroco se caracterizó por la irregularidad del contorno y la multiplicidad de formas en el exterior de las iglesias, los cuales resaltaban el movimiento y el contraste en el diseño. Dichas características las apartaban notablemente de los esquemas rígidos predominantes en las iglesias góticas y románicas. En el interior, por otro lado, y en algunas iglesias más que otras, predominó el adorno, elaborado por artistas, escultores, pintores y estuquistas, siguiendo el estilo exuberante original de Francia denominado rococó. Es así que surgieron una lista de iglesias al estilo barrocorococó en una región que desbordó fronteras, incluyendo países como Suiza, Austria, Republica Checa, Eslovaquia, Hungría, Polonia, Ucrania, entre otros.
Las causas que impulsaron el movimiento artístico fueron principalmente religiosas y sociales. En forma breve, la Reforma Luterana en el norte alemán originó una reacción católica, eventualmente denominada Contrarreforma, en la cual se exaltaron la Transustanciación, definida por un canon del Concilio Ecuménico de Trento del siglo XVI, el culto a la Virgen María y los Santos, y en general todas aquellas manifestaciones de la piedad cristiana. La sociedad civil, y en particular los artistas de la época, encontraron en el movimiento un ambiente propicio para introducir conceptos nuevos en la pintura, en la escultura y en la arquitectura, que se acoplaron y resaltaron el espíritu contra reformador.
No es el propósito de este ensayo analizar dicho movimiento social, ni tampoco profundizar en las características artísticas de las diferentes obras; más que bien, se ha enfocado a la descripción somera de algunas iglesias alemanas con sus características especiales, alejadas la mayoría de grandes ciudades, y que se complementan con las impresiones de Edmundo Asturias, visitante y amante del arte religioso.