Abstract:
El objetivo principal de esta investigación fue determinar si existe un cambio de peso antes, durante y después de la fase menstrual en mujeres entre la edad de 25 a 40 años, cuyo ciclo menstrual fue entre 27 a 40 días de longitud, sin utilizar ningún tipo de hormona y sin presencia de enfermedades endócrinas. Se estableció por medio de mediciones antropométricas y dietéticas, semana a semana durante un ciclo menstrual. La investigación cuenta con la participación de 33 mujeres que forman parte del personal administrativo y docente de la Universidad del Valle de Guatemala.
Con respecto a los datos acerca del ciclo menstrual la edad de menarquía en las mujeres evaluadas fue 11-13 años (76%). La duración en días de la fase menstrual correspondía de 1-6 días (97%). El 94% de las participantes presentaron síntomas relacionados con el ciclo menstrual que se presentan cada mes (70%), con mayor frecuencia malestar abdominal (79%), hinchazón abdominal (76%), cambios de humor (73%), cansancio (67%), dolor mamario (52%).
Los resultados antropométricos demostraron que existió una diferencia estadísticamente significativa entre los pesos de la fase folicular con la fase lútea (Z˳= -2.64). El promedio de la variación respecto a un aumento y disminución de peso fue de 0.45 kg. En cuanto a la masa magra se notó una diferencia estadísticamente significativa durante la fase menstrual-fase ovulación (Z˳=-2.17), fase menstrual-fase lútea (Z˳= -2.33), fase folicular- fase lútea (Z˳= -3.51), y fase ovulación- fase lútea (Z˳= -2.31). En el porcentaje de grasa también existieron diferencias estadísticamente significativas entre la fase menstrual-fase ovulación (Z˳= -3.44) y entre la fase folicular-fase ovulación (Z˳= -2.87). En cambio, se observan diferencias en porcentaje de agua al comparar las fases menstrual- folicular (Z˳= -2.09). Por otro lado, no se observaron cambios estadísticamente significativos en cuanto a la circunferencia de cadera y abdomen.
La evaluación dietética indica variaciones en cuanto a la energía, notándose una diferencia estadísticamente significativa entre la fase menstrual- fase lútea (Z˳= -2.28), fase folicular-ovulación (Z˳= -2.35) y entre la fase folicular-fase lútea (Z˳= -2.55). El consumo de macronutrientes también cambia de alguna forma, consumiendo las grasas un mayor porcentaje (60%) dentro de lo adecuado en la fase ovulación y bajo (12%) en la fase folicular. Hay un consumo excesivo de proteína en la población estudiada durante todo el ciclo menstrual. Existe un cambio significativo en el consumo de carbohidratos entre las fases menstrual-ovulación (Z˳= - 2.08), menstrual-lútea (Z˳= - 2.26) y folicular-ovulación (Z˳= - 2.28).
Los resultados de la frecuencia de consumo, demostraron que la población tiene un consumo diario de cereales (79% pan, 52% tortilla), verdura (64% de las participantes) y fruta (48%). Otro porcentaje consume semanalmente las frutas (48%). Las mujeres ingieren semanalmente fuentes alimentarias que contienen triptófano, entre estos: queso (73%), pollo (82%), huevo (64%), avena (48%), chocolate (42%). Se observó un consumo de forma semanal de alimentos que proporcionan grasas saturadas y azúcares simples como chucherías, agua gaseosa, comida rápida y frituras, los cuales en exceso pueden llegar a provocar enfermedades crónicas no transmisibles.