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INTRODUCCIÓN.
El crecimiento demográfico constituye uno de los problemas
primordiales en que ha centrado su atención la mayoría
de los países del mundo, en forma particular los llamados
países del tercer mundo.
Tal preocupación parece justificarse si se considera la
gran cantidad de variables asociadas a dicho fenómeno. No
existe duda alguna, que una de las variables la constituye
la educación sistemática ofrecida por el estado y la empresa
privada.
La escuela, como institución especializada de enseñanza
al igual que otras instituciones de servicio público, ha
incrementado sus esfuerzos para poder satisfacer la
creciente demanda de dichos servicios. Hace apenas unas cuantas
Mondas atrás, la escuela no afrontaba los agudos problemas
docente-administrativos derivados de la masificación de la
enseñanza pero en la actualidad, por lo general, al maestro
ya no le es posible atender individualmente a sus pupilos
debido al excesivo número de estudiantes inscritos para
cada aula.
Existen casos en donde los maestros de Educación Básica
trabajan con un número de 60 estudiantes o más y el
maestro universitario imparte instrucción en clases formadas
hasta con 200 estudiantes. Con razón han dicho Gerald
T. Kowitz y Norma Giess Kowitz (1969; p. 13), "en los últimos
tiempos el funcionamiento de una escuela se ha convertido
en una gran empresa" y que "el proceso educativo se hará
cada vez más complejo, la escuela deberá proporcionar menos
servicios, y desde una perspectiva más integral, a una
sociedad sometida a un proceso constante de cambio, crecimiento
y expansión".
No obstante que los problemas de la masificación de la
enseñanza no son propios de la ciencia pedagógica sino de
carácter administrativo, los maestros, que son los que hacen
práctica pedagógica, manifiestan una gran preocupación
por mejorar cada vez más la calidad de la enseñanza.
Y una de las posibles alternativas para hacerlo lo constituye
la técnica de trabajo en grupos pequeños. Es así como se
puede observar que en la mayoría de las escuelas, en
cualquier nivel de que se trate, el maestro agrupa a sus
alumnos para realizar tareas escolares.
Pero el problema de ningún modo queda resuelto, más
bien parece agravarse, ya que el maestro al estructurar
los grupos por lo general sigue las siguientes técnicas:
agrupamiento por asociación espontánea, por fijación condicional
y muy rara vez por la técnica de sociograma. En
las dos primeras, de ningún modo se garantiza la ubicación
total y efectiva de cada miembro de la clase en el grupo
de su grado. Por experiencias realizadas en el campo de
la educación, así como en la industria, se ha demostrado
que, según Edgar G. Johnston et al (1967; p. 189) "cuando
una persona trabaja con quien le gusta, su producción mejora"
y esta circunstancia la garantiza la técnica del sociograma.
Como no se ha investigado actualmente la medida
en que variaría el aprendizaje al agrupar a los jóvenes
por estas tres técnicas, el presente estudio pretende llenar
ese vacío deteminando en qué medida la utilización de
una u otra técnica es más beneficiosa para el rendimiento
académico. |
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