Diseño y uso de un campamento para obtener comportamiento proambiental en comunidades receptoras de ecoturismo: estudio de caso: Proyecto Ruta Puerta al Mundo Maya, Chisec, Alta Verapaz.

Abstract

La organización Contraparte Internacional busca desarrollar la infraestructura necesaria en los sitios incluidos dentro de la Ruta Puerta al Mundo Maya, para lograr que sean los miembros de las comunidades los que manejen estos proyectos. Este desarrollo comunitario no puede lograrse sin involucrar a todos los miembros, por lo que se desarrollaron campamentos de Educación Ambiental dirigidos por jóvenes del grupo Movimiento Juvenil de Chisec (MOJUCHI) para involucrar a jóvenes de tres comunidades participando en la Ruta PMM: Sepalau, Camposanto y Mucbil Ha’. Estos campamentos sirvieron como un acercamiento a los jóvenes para involucrarlos por medio de concienciación al desarrollo turístico en sus comunidades. Para planificar estos campamentos visité cada sitio en los que se tenía planificado realizarlos. Durante las visitas a cada comunidad pude hablar con diferentes actores locales como maestros, presidentes de las comunidades y otras autoridades. Al identificar los problemas de cada lugar y observar las actitudes de algunos jóvenes determiné que la basura es un problema en que los jóvenes pueden tener mayor incidencia y es bastante común en todas las comunidades. Mientras tanto, trabajé en conjunto con MOJUCHI para prepararlos en cuanto a educación ambiental, tanto en planificación como en el desarrollo de las actividades y su evaluación. En cada escuela invité a los jóvenes y conté con la colaboración de los maestros que me ayudaron a incentivar a sus alumnos y me permitieron realizar las evaluaciones preliminares incluso durante períodos de clase. Los campamentos se llevaron a cabo durante tres fines de semana seguidos en las comunidades. La primera comunidad fue Sepalau, luego Camposanto y finalmente Mucbil Ha’. Durante los campamentos colaboré con el suministro de materiales, logística y elaboración de comida. Además, observé la forma en que los realizaron y les indiqué errores en el momento para que mejoraran algunos detalles. Después de los campamentos realizamos una evaluación de cada uno con los facilitadores. Dos semanas después, regresé a cada comunidad a evaluar al 30% de los participantes, y al mismo número de jóvenes que no asistieron para comparar los comportamientos y conocimientos que posee cada grupo. En las evaluaciones pude comprobar que sí existió una diferencia de comportamientos y conocimientos entre los jóvenes que asistieron y los que no asistieron, asimismo que hubo un cambio de comportamiento a raíz del campamento. RR