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Las estimaciones mundiales indican que un 10% de la población
se encuentra incapacitada para integrarse plenamente a las
actividades de la sociedad en la que vive, por causas relacionadas
con deficiencias en el desarrollo. De acuerdo con esa estimación,
en Guatemala, 900,000 personas aproximadamente necesitan de
asistencia especial para ayudarles a superar esas limitaciones.
La mayoría de deficiencias pudieran haber sido prevenidas.
Sin embargo, la población guatemalteca sigue siendo vulnerable a una
gran cantidad de enfermedades que, por la falta de una atención
adecuada, se han convertido en minusvalías.
La educación se hace necesaria ante la urgencia de informar a
la población sobre la forma de prevenir las deficiencias, y de
proporcionar a las personas incapacitadas servicios de
rehabilitación que puedan ayudarles a integrarse a las actividades
de su comunidad. Sin embargo, las instituciones guatemaltecas han
sido insuficientes para desarrollar las actividades educativas que
actúan sobre la problemática derivada de las deficiencias. Es por
esa razón que en este trabajo se plantea la alternativa de utilizar
la educación no formal para llegar a las personas incapacitadas, sus
familias y sus comunidades. El análisis del problema y la propuesta
de educación no formal se realizan alrededor de los tres campos de
intervención propuestos por los organismos internacionales:
prevención, rehabilitación e integración. RR |
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