Abstract:
INTRODUCCIÓN. El término alianza, en su sentido más básico, son las iniciativas conjuntas del sector público junto con el sector privado, el sector con fines de lucro y el sector sin fines de lucro, también entendidos como los sectores gubernamental, empresarial y cívico. Dentro de estas alianzas, cada uno de los miembros contribuye con recursos (financieros, humanos, técnicos e intangibles, tales como información o apoyo político) y participa en el proceso de toma de decisiones, Las alianzas generalmente tienen como objetivo principal, reducir la pobreza, a través de una serie de actividades específicas¹.
Aunque algunos autores estiman que el término alianza se puede enfocar desde un criterio minimalista en donde simplemente basta con que los actores estén presentes y aporten algún tipo de contribución, en esta investigación se ha utilizado el enfoque que enmarca las alianzas dentro de una naturaleza complementaria y para el modelo documentado son mutuamente interdependientes y basadas en relaciones contractuales pero con un objetivo en común: mejorar la calidad de vida de las familias en situación de pobreza y extrema pobreza, a través de una vivienda digna.
Ante un déficit habitacional tan grande en Guatemala², especialmente concentrado en familias en situación de pobreza y extrema pobreza, los esfuerzos institucionales aislados tienen un alcance limitado: sin embargo, al unir esfuerzos con aportes técnicos, humanos y financieros que se complementan, se convierte en una opción para llegar a más familias con un servicio de alta calidad e impactando positivamente en la calidad de vida de las mismas.
Desde la perspectiva de las teorías del desarrollo, las posiciones extremas o determinantes no han dado solución a los países en vías de desarrollo. Un Estado paternalista no tiene la capacidad para enfrentar los problemas sociales y económicos; y la apertura hacia los mercados ha dejado en un gran marginación a un alto porcentaje de la población, en este caso guatemalteca, limitándoles en el acceso a salud, educación, vivienda y otras oportunidades de desarrollo. Por ello, tanto el sector privado³ como el sector público deben buscar puntos coincidentes e iniciativas viables para la mayoría de la población, de tal maneta que los recursos limitados en ambos sectores cobren un mayor impacto, sin embargo, para facilitar el acercamiento y el diálogo puede existir un tercer actor como facilitador y asesor del proceso como es el caso de programas y proyectos auspiciados por la cooperación internacional.
Un ejemplo de alianzas interinstitucionales para el desarrollo es el proyecto polito de vivienda dirigido a familias en situación de pobreza y extrema pobreza, que permitió la participación de tres entidades de distinta naturaleza pero son fines similares: Por una parte, el Viceministro de la Vivienda, a través del Fondo Guatemalteco para la Vivienda -FOGUAVI-, el cual es el ente financiero de segundo piso responsable de canalizar el subsidio del Estado para la vivienda; asimismo, el Fideicomiso para el Desarrollo Local en Guatemala -FDLG-, programa auspiciado por la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo -ASDI-, el cual ejecuta un mecanismo de financiamiento de segundo piso y también acompaña con asistencia técnica con carácter no reembolsable para desarrollar productos crediticios para vivienda y quién fungió como enlace entre FOGUAVI y la Cooperativa de Ahorro de Crédito Guayacán, R.L.; y la cual fue la tercera entidad financiera de amplia trayectoria y prestigio que visualizó la importancia de atender la gran necesidad de vivienda en sus áreas geográficas de atención. Las tres organizaciones definieron un objetivo en común: mejorar la calidad de vida de familias en situación de pobreza y extrema pobreza y para ello. Cada una aportó sus recursos y capacidades, pero fundamentalmente manifestaron la "voluntad política" de realizar un proyecto conjunto. RR